Además de su irreverente comportamiento, las flappers fueron conocidas por su estilo a la hora de vestir, en gran medida surgió como resultado de los estilos musicales de jazz y la divulgación del baile que las acompañaban.
Cabello:
Bob cut: un corte de cabello simétrico donde el flequillo es recto cayendo por encima de las cejas y el largo puede tener una longitud cortado desde la altura de las mejillas o hasta los hombros, reduciéndose en la nuca de forma diagonal.
Shingle bob: muy parecido al bob cut pero más corto y sin flequillo, generalmente muy engominado para pegarlo lo máximo posible a la cabeza.
Eton crop: liso en la raíz y a la altura de las orejas lleno de rizos.
Las flapper se teñían el cabello de negro azabache o de rubio platino, algunas veces de rojo intenso, aunque no era tan popular por las supersticiones que había sobre las pelirrojas.
Vestimenta:
Mejoraron los corsés de acuerdo a sus necesidades. Usaban los corsés para moldear una figura sin formas, reduciendo pechos y caderas, dando una imagen más infantil, frágil.
Accesorios:
Se convirtieron en una parte muy importante del vestir. Por lo general consistía en piezas de joyas de Art Deco, con muchas capas de collares de perlas.
Los guantes largos, los bolsos para la calle, estolas de pelo, anillos, broches y zapatos con tacones imposibles son complementos que no podían faltar en una flapper.
Era ideal llevar sombreros Cloche.
Maquillaje:
Las flappers palidecían la piel con polvos de talco, resaltaban los labios con rojo carmín y los ojos con delineador negro.
La moda llegó a todo el mundo de forma muy rápida: la industria textil avanzaba muy rápido y los tejidos se abarataban.
Las mujeres de clases bajas tenían acceso a los patrones de vestidos que llevaban las clases altas gracias a la aparición de las primeras revistas de patronaje, y ellas mismas se hacían sus propios trajes.
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